ACTIVIDAD DE EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL (SALA DE 3 TURNO MAÑANA)

En el marco del abordaje de la Educación Sexual Integral en la Sala Roja, elegimos trabajar con el eje “Cuidar el cuerpo y la salud”. Dicho eje tiene como centro las corporalidades decir el cuerpo como expresión de la identidad y la salud desde una dimensión integral. Se entiende al cuerpo como un cuerpo habitado, como un cuerpo tratado socialmente y vivido en el marco de ciertas condiciones, que supera el enfoque tradicional y biomédico.
La idea de cuerpo no se reduce a la dimensión biológica, fisiológica, sino también a su representación simbólica; es decir, los cuerpos están atravesados y construidos por el lenguaje, por la forma de nombrarlos, de verlos, marcados por sensaciones, características, modelos, ideales y sentidos que la sociedad otorga en un contexto histórico determinado. De esta forma cuidar el cuerpo y la salud requiere la promoción de la salud como derecho, para construir así una dimensión del cuidado en sentido amplio, aún en tiempos de emergencia sanitaria.
En tiempos de pandemia y cuarentena se expusieron de un modo particularizado las desigualdades sociales, económicas y culturales. Como dicen algunos textos, si bien el virus nos mostró que todos y todas somos vulnerables, no tardó en hacerse evidente que no a todos/todas nos afecta del mismo modo. Cuidarse no tuvo el mismo valor ni sentido para niños, niñas, adultos, adultos mayores; para mujeres, varones, disidencias; ni para quienes viven con dificultades ambientales habitacionales y económicas. Si hay algo que la pandemia dejó en evidencia es que no hay solo un modo de cuidarse y que esos modos se vinculan a diferencias y a desigualdades, a relaciones de género, a miradas sobre el cuerpo, al acceso a los sistemas de salud y también a la temporalidad y el espacio.
Entonces, mientras transitamos el periodo de pandemia, resultará auspicioso tener esos condicionantes en cuenta y que estos sean parte del análisis en los equipos docentes, pero también en el trabajo con los/las estudiantes, con las familias y con otras instituciones. Algo que también nos trajo la pandemia y que resulta potente para la ESI. Cuidarse en tiempos de pandemia y de post-pandemia no solo implicó e implica cuidarme a mi mismo/a, sino también generar condiciones para cuidar a otro/a.
La ESI, desde sus fundamentos, en tanto integral, reconoce también una transformación pedagógica que se ha puesto en relevancia en estos días. La información es necesaria, es un derecho, favorece la toma de decisiones autónomas sobre nuestros cuerpos, pero no alcanza.
Es decir que, al momento de trabajar sobre el cuidado de los cuerpos y de la salud, será fundamental brindar información clara, científica y necesaria para poder generar prácticas de cuidado, entendiendo que esa información está mediada por un sujeto. Entonces, posibilitar la toma de decisiones autónomas sobre el cuerpo y propiciar las mejores condiciones para el cuidado requerirá no solo tener información, sino también la posibilidad de reflexionar sobre diferentes dimensiones que lo hacen posible: las condiciones de vida, las relaciones de poder, los sentidos de quienes están allí, sus derechos, sus saberes, sus sentimientos y sus deseos.
Entonces, mientras transitamos el periodo de pandemia, resultará auspicioso tener esos condicionantes en cuenta y que estos sean parte del análisis en los equipos docentes, pero también en el trabajo con los/las estudiantes, con las familias y con otras instituciones. Algo que también nos trajo la pandemia y que resulta potente para la ESI. Cuidarse en tiempos de pandemia y de post-pandemia no solo implicó e implica cuidarme a mí mismo/a, sino también generar condiciones para cuidar a otro/a.
La ESI, desde sus fundamentos, en tanto integral, reconoce también una transformación pedagógica que se ha puesto en relevancia en estos días. La información es necesaria, es un derecho, favorece la toma de decisiones autónomas sobre nuestros cuerpos, pero no alcanza. Es decir que, al momento de trabajar sobre el cuidado de los cuerpos y de la salud, será fundamental brindar información clara, científica y necesaria para poder generar prácticas de cuidado, entendiendo que esa información está mediada por un sujeto.
Entonces, posibilitar la toma de decisiones autónomas sobre el cuerpo y propiciar las mejores condiciones para el cuidado requerirá no solo tener información, sino también la posibilidad de reflexionar sobre diferentes dimensiones que lo hacen posible: las condiciones de vida, las relaciones de poder, los sentidos de quienes están allí, sus derechos, sus saberes, sus sentimientos y sus deseos.